lunes, 30 de noviembre de 2015

CONDUCTIVIDAD TERMICA

La conductividad térmica k es una medida de la capacidad de un material para conducir calor. Por ejemplo, k 0.607 W/m • °C, para el agua, y k 80.2 W/m • °C, para el hierro, a la temperatura ambiente, indican que el hierro conduce el calor más de 100 veces más rápido que el agua. Por lo tanto, se dice que el agua es mala conductora del calor en relación con el hierro, aun cuando el agua es un medio excelente para almacenar energía térmica. 



La conductividad térmica de un material se puede definir como la razón de transferencia de calor a través de un espesor unitario del material por unidad de área por unidad de diferencia de temperatura. Un valor elevado para la conductividad térmica indica que el material es un buen conductor del calor y un valor bajo indica que es un mal conductor o que es un aislante. 

La temperatura es una medida de las energías cinéticas de las partículas, como las moléculas o los átomos de una sustancia. En un líquido o gas, la energía cinética de las moléculas se debe a su movimiento aleatorio de traslación, así como a sus movimientos de vibración y rotación. Cuando chocan dos moléculas que poseen energías cinéticas diferentes, parte de la energía cinética de la molécula más energética (la de temperatura más elevada) se transfiere a la menos energética (la de temperatura más baja. Entre más alta es la temperatura, más rápido se mueven las moléculas, mayor es el número de las colisiones y mejor es la transferencia de calor. 

La teoría cinética de los gases predice, y los experimentos lo confirman, que la conductividad térmica de los gases es proporcional a la raíz cuadrada de la temperatura termodinámica T e inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la masa molar M. Por lo tanto, la conductividad térmica de un gas crece al aumentar la temperatura y al disminuir la masa molar. De modo que no es sorprendente que la conductividad térmica del helio (M 4) sea mucho más elevada que la del aire (M 29) y la del argón (M 40). El mecanismo de conducción del calor en un líquido se complica por el hecho de que las moléculas están más cercanas entre sí y ejercen un campo de fuerzas intermoleculares más intenso. 

La conducción de calor en fluidos puede considerarse como transporte molecular de energía, puesto que el mecanismo fundamental es el movimiento de las moléculas integrantes. La energía también puede transportarse por el movimiento global de un fluido, y entonces se denomina transporte de energía convectiva; esta forma de transporte depende de la densidad p del fluido. Las conductividades térmicas de los líquidos suelen encontrarse entre las de los sólidos y las de los gases. 

En los sólidos la conducción del calor se debe a dos efectos: las ondas reticulares de vibración inducidas por los movimientos de vibración de las moléculas, colocadas en posiciones más o menos fijas de una manera periódica conocida como red cristalina, y la energía transportada por medio del flujo libre de electrones en el sólido Por ejemplo, el diamante, que es un sólido cristalino intensamente ordenado, tiene la conductividad térmica conocida más elevada a la temperatura ambiente.    

En el análisis de la transferencia de calor normalmente se supone que un material es isotrópico; es decir, tiene propiedades uniformes en todas direcciones. Esta suposición es realista para la mayor parte de los materiales, excepto para aquellos que exhiben características estructurales diferentes en direcciones diferentes, como los materiales compuestos laminados y la madera. 

La ley de Fourier 

Sea J la densidad de corriente de energía (energía por unidad de área y por unidad de tiempo), que se establece en la barra debido a la diferencia de temperaturas entre dos puntos de la misma. La ley de Fourier afirma que hay una proporcionalidad entre el flujo de energía J y el gradiente de temperatura. 

J=K ∂T/∂X 

Siendo K una constante característica del material denominada conductividad térmica.

domingo, 29 de noviembre de 2015

ÁREAS DE APLICACIÓN DE LA TRANSFERENCIA DE CALOR


La transferencia de calor tiene mucho espacio en la ingeniería química y como tal en la industria. Este proceso es indispensable ya que tiene aplicación que comprende desde los sistemas biológicos como hasta aparatos domésticos comunes. Pues no es necesario ir muy lejos para ver como este proceso opera en nuestra vida cotidiana y alrededores, ya sea que lo percibamos o no.
Como estudiantes de la carrera de Ingeniería química y como futuros ingenieros químicos debemos saber todo lo que respecta a este proceso.



Las áreas de aplicación
El tratamiento térmico implica el uso controlado para aumentar o reducir en función de las circunstancias, los tipos de reacciones en los alimentos. En la industria se utiliza la esterilización –que es un tratamiento térmico- consiste en destruir todos los microorganismos, es decir, bacterias, levaduras y mohos, en el material del alimento para evitar la descomposición de los alimentos, lo cual lo hace poco atractivo o no comestibles. Los microorganismos se destruyen por el calor, pero la cantidad de calor necesaria para la muerte de diferentes organismos varía.
La pasteurización es un tratamiento térmico aplicado a los alimentos, que es menos drástico que la esterilización, pero que es suficiente para inactivar los organismos productores-en particular las enfermedades de importancia en un alimento específico.
En la industria petroquímica la transferencia de calor se utiliza para la producción de plásticos, barnices y detergentes.
En la industria textil, los intercambiadores de calor aseguran una alta eficiencia y rapidez en procesos de fibras y materiales. 
Industria marina se utiliza este proceso para el enfriamiento de motores y lubricantes mediante el empleo del agua del mar.
En el pre calentamiento de látex: proceso de concentración de látex polimerizado presenta el riesgo de que el producto quede pegado a las paredes del intercambiador, reduciendo notablemente la transferencia de calor.
En la vida cotidiana también vemos como se aplica la transferencia de calor por ejemplo muchos aparatos domésticos comunes están diseñados, en su conjunto o en parte, mediante la aplicación de los principios de la transferencia de calor. Algunos ejemplos caen en el dominio de las aplicaciones eléctricas o del uso del gas: el sistema de calefacción y acondicionamiento de aire, el refrigerador y congelador, el calentador de agua, la plancha e, incluso, la computadora, la
TV y el reproductor de DVD. Por supuesto, los hogares eficientes respecto al uso de la energía se diseñan de manera que puedan minimizar la pérdida de calor, en invierno, y la ganancia de calor, en verano. La transferencia de calor desempeña un papel importante en el diseño de muchos otros aparatos, como los radiadores de los automóviles, los colectores solares, diversos componentes de las plantas generadoras de energía eléctrica.


Sin duda alguna la transferencia de calor es de suma importancia puesto que a partir del conocimiento que se tiene de este, se ha logrado elaborar equipos industriales e incluso aparatos domésticos; también métodos para mejorar la calidad de los productos.